La práctica se está convirtiendo en el delito de moda en Estados Unidos y Inglaterra, donde los delincuentes llegan a cumplir sus objetivos en un 15% de los casos. Otras estafas tecnológicas, como el phising, logran tasas de éxito cercanas al 20%, pero precisan de ciertos conocimientos informáticos.
Los expertos temen que este verano llegue a España.
Todo empieza cuando el consumidor recibe una llamada telefónica. El interlocutor se identifica como uno de los operadores del servicio técnico de su ordenador. Si la víctima no tiene ordenador, el timador cuelga. Si tiene ordenador y coincide con la marca a la que afirma pertenecer el delincuente, la rutina continúa.
Con buenas maneras y muchas palabras presuntamente técnicas, le explica que han descubierto un fallo en una de las piezas de la serie a la que pertenece su ordenador. Tras alertar al usuario, al decirle que tendrá que estar varios días sin su ordenador portátil mientras efectúan la sustitución, de pronto parece tener una inspiración y le comenta al cliente que hay una solución más sencilla. Añade que cree que existe una página web donde se aloja un programa que solucionaría el problema pero que quiere consultarlo. Hace como que se retira, y a los pocos segundos, efectivamente, confirma la página.
De paso, aprovecha para aclarar que tiene una oferta especial de ampliación de la garantía de su ordenador, que pondría a salvo al equipo de este tipo de problemas durante los próximos cuatro o cinco años, y que dicha ampliación está disponible por un precio irrisorio. La cantidad está calculada para que la víctimapique. Acto seguido, el delincuente de turno solicita al usuario el número de su tarjeta de crédito avisándole de que en los próximos días recibirá un cargo por la cantidad correspondiente a la ampliación de la garantía. Termina la llamada y la transacción.
Un virus troyano escondido
Si el incauto de turno se dirige a la página recomendada y descarga el programa infectará el ordenador con un troyano que va a robar todas sus claves y la información económica que almacene en el ordenador. Hay casos en los que el timador cobra la cantidad acordada y el estafado no se da cuenta del engaño hasta que solicita al fabricante que le arregle alguna avería. Otros delincuentes no cobran la cantidad acordada.
Miles de consumidores norteamericanos y británicos llamaron al servicio técnico de su ordenador portátil para averiguar por qué no les habían realizado ningún cargo en la tarjeta de crédito, para recibir con horror la noticia de que dicha campaña no existía, que no habían contratado ninguna ampliación de garantía, y que quien les llamó no pertenecía al servicio técnico de la marca. En cualquier caso, el número de la tarjeta de crédito pasa a engrosar una de esas listas que las mafias adquieren para cometer todo tipo de delitos.
La OCU recomienda mucha precaución
En España las organizaciones de consumidores todavía no han recibido ninguna denuncia al respecto, pero recomiendan mucha precaución. "Hay que ser precavido. No se le pueden dar los datos bancarios al primero que te llama por teléfono", apunta Enrique García, portavoz de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).
Quienes caigan en este timo u otro parecido al cometer el error de dar el número de su tarjeta a un desconocido, deben tomar medidas rápidamente. En primer lugar, tendrán que llamar al emisor de su tarjeta de crédito para que la anule de inmediato. Las molestias de sacar una nueva tarjeta de crédito no son nada comparadas con las que se derivan de caer en las redes de una mafia internacional. A continuación, Enrique García recomienda denunciar: "Si se produce el cobro de un servicio que no se presta, es claramente una estafa, más que un tema de consumo. Hay que ir directamente a la policía para denunciarlo". Dicha denuncia es necesaria incluso en el caso de que en un primer momento no se produzca ningún cargo.
Por desgracia para los consumidores, se trata de un timo muy bien preparado.
Fuentes cercanas a la industria informática confirmaron a este medio que los delincuentes se han basado en procedimientos que son cada vez más comunes entre los fabricantes de ordenadores. Las leyes europeas de protección al consumidor se han endurecido, y las empresas ya no se conforman con poner un anuncio en los periódicos y dar un número de información telefónica. De esta forma, muchos consumidores no conocían nunca la amenaza.
Ahora, cuando se descubre el funcionamiento defectuoso de algún componente en los ordenadores, procuran ponerse en contacto con todos aquellos que han registrado el producto en el sitio web del fabricante, que han contratado algún tipo de garantía o seguro, o que lo compraron en la tienda del fabricante o en un distribuidor autorizado. De hecho, no es habitual que los comerciales soliciten el número de la tarjeta de crédito por teléfono, pero hay casos especiales en que es la operativa normal. Los delincuentes no han hecho más que replicar el procedimiento.
Así, si este verano recibe la llamada del servicio técnico de su ordenador, siga la conversación, entérese de todo lo que pueda, cuelgue, y llame al teléfono que aparece en la página web del fabricante, o en el documento de garantía de su ordenador, para averiguar si la llamada era cierta o no. En ningún un caso dé sus datos bancarios por teléfono a desconocidos.