Normalmente si hablamos de conexión a Internet no estamos refiriendo a ordenadores de escritorio, portátiles, teléfonos a través de banda ancha móvil o los recién nacidos tablets. Hasta aquí no se ha dicho ninguna mentira, pero lo que propone el Internet de las cosas es que ampliemos el concepto.
Poco a poco la red va llegando a aparatos que inicialmente no parecen necesitarlo, pero que pueden ayudarnos en la vida diaria. ¿Qué pasaría si pudiésemos encender la calefacción a través Internetantes de llegar a casa?
¿Internet en todos los objetos?
Suena a ciencia ficción, pero no lo es tanto. Internet de las cosas es en realidad Internet en las cosas. Se trata de trasladar toda la información que tenemos en la red de redes a los objetos más rutinarios. Si pensáis que esto es cosa del futuro, estáis equivocados.De acuerdo, ya sabemos que estará en todos los sitios. Pero…¿en qué nos ayudará? Quizás nos ayuda conocer qué se puede hacer incluso con la tecnología disponible. Servicios que ya se ponen en práctica, algunos verdaderamente increíbles.
¿Cuáles son sus posibilidades?
Seguro que muchas más de las que inicialmente somos capaces de plantear. Que un sensor avise por Internet al granjero cuando una de sus vacas está enferma o embarazada, poder controlar los signos vitales de nuestro abuelo a distancia o hacer que la cafetera se encienda media hora más tarde cuando nos hayamos levantado con 30 minutos de retraso son sólo algunos de los ejemplos, pero no deja de crecer.
He llegado a tantos sitios que a finales de este mismo año 20 casas corrientes generarán tanta cantidad de información como toda la web que había en 2008. Basta con pensar en nuestra televisión de cientos de canales o las cámaras de seguridad para darse cuenta de que no estamos diciendo ninguna locura.
Más aparatos conectados que seres humanos
Ya tenemos unos cuantos ejemplos y seguimos creciendo. Tanto, que en 2020 se espera que haya más de 20 mil millones de objetos conectados. Ni que decir que esto son más que la cantidad de personas sobre la tierra. Sin embargo, ya se han tomado precauciones para que esto no genere problemas.
El mejor ejemplo para estar seguros de que casi todo estará interconectado son las modificaciones que se han hecho (y se siguen haciendo) en el protocolo IP para dar cabida a tanta cantidad de aparatos. Si el IPv4 se nos ha quedado corto, el nuevo IPv6 daría para crear 100 direcciones por cada átomo de planeta. Parece suficiente, ¿no?
Las limitaciones tecnológicas tienen a ser cada vez menores; ahora el límite lo pone nuestra imaginación.
Vía | Cisco
¿Conoces el Internet de las cosas?
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