El pasado 13 de mayo el Tribunal de Justicia de la Unión Europea puso el punto final a una historia con seis años a sus espaldas. Esta ha acabado con un escalón más hacia la ley de protección de datos con lo que se ha dado a conocer como el derecho al olvido en internet.
El problema es que no todas las partes han quedado contentas con la sentencia, que ahora obligará a Google y a otros buscadores a bloquear enlaces con información que vulnere nuestros derechos. Poner vallas al campo, que dirán algunos, pero conozcamos mejor qué es el derecho al olvido y cómo nos afecta en el camino a intentar desaparecer de internet.
Derecho al olvido en internet
El término del derecho al olvido nace en nuestro país hace seis años, cuando el abogado Mario Costeja solicitaba a Google mediante la Audiencia Nacional que retirase el enlace a un anuncio del periódico La Vanguardia en el que aparecía su nombre asociado a una subasta propiciada por deudas con la Seguridad Social que ya estaban saldadas.
Tras recurrir la decisión de la Audiencia Nacional el buscador siguió sumando sentencias y recursos mientras 200 casos más se sumaban a la causa y los abogados de Google intentaba defender los intereses de la compañía aludiendo a la libertad de expresión y su uso de la privacidad.
Google aún puede recurrir y llegar hasta el Tribunal Constitucional o incluso el Tribunal de Estrasburgo para intentar mantener el sistema de búsquedas previo a la sentencia aunque por ahora sólo ha ofrecido un comunicado oficial en el que Marisa Toro, directora de Comunicación y Asuntos Públicos de Google para el sur de Europa, afirma:
Esta es una decisión decepcionante para los motores de búsqueda y editores online en general. Estamos muy sorprendidos de que difiera tan drásticamente de las conclusiones del Abogado General y de las advertencias y las consecuencias que ya identificó. Vamos a dedicar tiempo, desde este momento, para analizar las implicaciones de dicha decisión.
Qué supone la sentencia
Tras la sentencia impuesta por el Tribunal los usuarios podrán pedir a Google y otros buscadores que retiren enlaces de sus resultados de búsqueda siempre que el usuario determine que vulneran su privacidad. Los buscadores no están obligados a retirar los enlaces, pero sí a estudiar el caso y ofrecer una respuesta al demandante en un plazo de diez días.
Los estamentos oficiales de cada país serán los encargados de llevar la demanda y, en nuestro caso, la Agencia Española de Protección de Datos se encargará de amparar al ciudadano asumiendo los costes y el desarrollo del proceso si Google no ofrece una respuesta en ese plazo.
Para realizar estas reclamaciones podemos dirigirnos a la página de la AEPD y descargar los formularios requeridos para reclamar la eliminación de enlaces. Si la resolución del caso falla a favor del usuario y el buscador se niega a acatar la sentencia se dará paso a multas de hasta 600.000 euros.
Libertad de expresión e información
Si por algo es famoso internet es por la posibilidad de acceder a todo tipo de información pero somos nosotros, los usuarios, los que debemos sesgar esa información, conocer las fuentes y emitir nuestro propio juicio haciendo uso del sentido común.
El problema con el derecho al olvido reside precisamente ahí, en la libertad del usuario a informarse y expresarse que queda en peligro cuando lo único que hacemos es matar al mensajero. Por descontado, si escribiendo nuestro nombre en un buscador aparecen distintos resultados que podríamos catalogar como injurias o vulneración de derechos debemos tener la opción de defendernos, pero debería ser frente a la fuente del problema.
Es justo lo que postulaba el Abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Niilo Jääskinen, cuando afirmaba que “el derecho de un interesado a la protección de su vida privada debe ponerse en equilibrio con otros derechos fundamentales, especialmente la libertad de expresión y la libertad de información“.
Ya hace un año reconocían que la obligación de Google era tratar la información procurando que los resultados fuesen actualizados y relevantes, pero que no podía obligarse al buscador a ser responsable de los contenidos indexados.
Cómo me afecta el derecho al olvido
La falta de un marco legal más específico y la necesidad de cada Tribunal de estudiar los distintos casos por separado ha provocado que el derecho al olvido aúne a tantos defensores como detractores.
Los primeros ven en la sentencia un paso más hacia la privacidad total en internet para aquellos que así lo deseen limitando la puerta de entrada a imágenes, documentos o publicaciones que vulneren sus derechos, pero el resto ven en esta ratificación una forma más de censura.
Según estos últimos la eliminación de los enlaces provocará que un organismo externo decida qué es relevante para el usuario y convertirá la red en un sistema en el que la información dejará de tener la misma validez. Al fin y al cabo las hemerotecas seguirán plagadas de noticias erróneas o conflictivas y, aquél que lo desee, podrá acceder a ellas sin enlaces de por medio.
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