
Hace algo más de un año nació Google Wave, una apuesta de la empresa del buscador por la colaboración online. Se trataba de conseguir eso que muchas empresas buscan con sus desarrollos, hacer que el trabajo colaborativo sea sencillo y práctico a la vez, de manera que a la hora de desarrollar un trabajo de estas características se eliminaran los desplazamientos optando por la colaboración online. La semana pasada
Google dijo adiós a Google Wave dando por finalizado el proyecto.
Es el momento de analizar porqué esta herramienta no ha conseguido imponerse como uno de los referentes del mercado a la hora de trabajar de forma colaborativa. Porque al fin y al cabo un producto de Google no puede ser una mediocridad y todo producto que sale de la factoría del buscador nace para ser referente en su sector. Sin embargo, Wave
desde el principio no convenció ni a los fans de Google, que se lanzaron a probarlo con verdadero fervor dejando el proyecto abandonado con el paso del tiempo.
Voy a intentar dar una serie de claves que a mi entender explican en parte el fracaso del proyecto:
Curva de aprendizaje de Wave
Se trata de una herramienta que para ser popular tiene una
curva de aprendizaje demasiado larga. O lo que es lo mismo, era complicada y no demasiado intuitiva. Esto no significa que los usuarios más avezados tuvieran problemas para utilizarlo, sino que aquellos que tienen algún problema en su relación con la tecnología les costaba entender la herramienta.
El prometido correo electrónico 2.0 acabó por no convencer a todos aquellos que ya utilizan el correo electrónico de forma habitual y no veían la necesidad de aprender un nuevo sistema, aunque a la larga este fuera a mejorar la productividad de sus trabajos.