Parece que en los cuarteles generales de los de Washington ha cundido el nerviosismo, y todas sus esperanzas residen en la nueva versión del navegador, la 9, que verá la luz el año que viene. Sin embargo, IE 9 ha sido publicado ya como beta, y al éxito de descargas se agarran en Microsoft como a clavo ardiendo: “hemos comprobado con satisfacción que los usuarios apuestan por los navegadores modernos en detrimento de las viejas versiones de IE”, afirmó Ryan Gavin, director de marketing de Internet Explorer. Gavin se refería al éxito de descargas cosechado por la beta de la versión 9 del navegador: seis millones de descargas desde que se pusiera a disposición de los usuarios el pasado 15 de septiembre. El dato da alas a los de Redmond, sobre todo, considerando que esta cifra de descargas duplica a la similar obtenida con IE8, la versión precedente.
Las claves del declive
No parece haber una causa aislada que explique el imparable declive del navegador de Microsoft. Esta pérdida de share se vería motivada por varios motivos. El primero y posiblemente más relevante sea la propia realidad del mercado: IE pasó de ser “el” navegador por defecto, a entrar en libre competencia con productos cada vez más interesantes. En este sentido, la popularidad de Firefox, aplicación que como producto de la Fundación Mozilla, siempre ha contado con las simpatías del gran público, ha servido para romper un mercado que en 2004 vivía una situación de pseudo monopolio (IE contaba, por aquel entonces, con más del 90% de cuota de mercado). Con todo, ha sido Chrome, el navegador de Google, el que ha empinado las gráficas con un crecimiento más espectacular en un período de tiempo relativamente breve.
La seguridad ha sido otro de los detonantes que ha incitado a los usuarios a buscar alternativas. Los continuos agujeros y constantes parches en el navegador han movido a muchos a plantearse el cambio de producto. En este sentido, la estocada definitiva vino por parte de Google, al anunciar queabandonaba Windows como plataforma, movimiento, según parece, desencadenado por un ataque llevado a cabo por hackers en China aprovechando una vulnerabilidad de Internet Explorer. Como quiera que a perro flaco todo son pulgas, tampoco ayudó el hecho de que la Unión Europea obligara al gigante norteamericano a incorporar en su sistema operativo una pantalla de elección del navegador por defecto en los ordenadores del Viejo Continente. Precisamente y a raíz de esta medida, en Europa, el uso del navegador de Microsoft ha caído por debajo del 40%, en cifras siempre de StatCounter.
Las perspectivas no son malas para IE 9, la versión más ambiciosa del navegador de los de Washington, pero tal y como apunta InformationWeek, puede que las mejoras incorporadas en el programa no sean suficientes para poner coto al imparable crecimiento de sus competidores. De hecho, buena parte de las mejoras de IE9 son ya conocidas por el mercado, y parece que el líder sigue a duras penas las pautas marcadas por la aguerrida competencia en un mercado cada vez más ajustado.Y por cierto, Microsoft sigue negando versiones a las diferentes plataformas y esta última versión de Internet Explorer funcionará únicamente en Windows 7 y Vista (han dejado fuera incluso a su propio y nutrido público usando XP).