¿Quién hereda las cuentas de correo electrónico cuando fallece un internauta?
En Internet se han habilitado diversos servicios de mensajería para avisar de la muerte de un usuario a sus contactos y anular sus cuentas
¿Qué ocurre con las cuentas de correo electrónico y los servicios a los que estaba inscrita una persona que fallece? ¿Pueden los familiares acceder a esas cuentas y a las contraseñas de estos servicios? Cuando alguien fenece, normalmente toda su actividad social desaparece. Sin embargo, desde la llegada de Internet y la proliferación de las redes sociales, la desaparición de las personas es relativa. Normalmente, si disponen de un blog en una plataforma gratuita, éste sigue activo a menos que los familiares del fallecido decidan borrarlo, si es que se lo permiten los jueces. Y lo mismo ocurre con numerosos servicios.
En España cuando una persona fallece sus cuentas de correo y las claves de acceso a los servicios que había contratado pasan a sus herederos
En 2005, un juez de Estados Unidos le dio la razón a la familia de un militar fallecido en Irak que mantenía un conflicto con Yahoo! Los padres querían permiso para acceder a la cuenta de correo electrónico del militar con el fin de poder recuperar sus últimos mensajes y fotografías almacenadas. Sin embargo, el servidor de Internet dependiente de Yahoo! se negó a facilitar las claves de acceso aduciendo que su política de privacidad no se lo permitía.
Por otro lado, si en 90 días un usuario de Yahoo! no accede a su cuenta de correo, la cuenta se elimina de forma automática, por lo que el caso era cada más dramático. La familia del soldado recurrió a los tribunales y finalmente un juez dictaminó que los padres tenían derecho a leer los mensajes electrónicos de su hijo.
En España, cuando una persona fallece sus documentos y cartas pasan a sus herederos. Según los expertos consultados por CONSUMER EROSKI, en el caso del correo electrónico pasa lo mismo, por lo que no habría problemas para que los familiares del fallecido solicitaran el acceso. Sin embargo, muchas veces es imposible conocer todas las cuentas y servicios "online" que utilizaba el usuario para poder acceder a ellos.
Avisos "post-mortem"
Se pueden seleccionar diferentes opciones, como la hora y fecha de envío después de la muerte
Recientemente han aparecido en la Red diversos servicios para ser utilizados después de la muerte de un internauta. Los más conocidos y usados son aquellos encargados de enviar un mensaje electrónico de aviso a los contactos tras el fallecimiento. Por ejemplo, Post Expression es un servicio de correo electrónico que permite crear una serie de mensajes multimedia para ser enviados cuando el usuario haya fallecido.
Para ello se necesita la ayuda de una persona cómplice que guarde la contraseña ("keyholder") encargada de enviar todos los mensajes almacenados. Una vez fallecido el usuario, el cómplice se encarga de introducir su clave y los mensajes comienzan a enviarse. Por supuesto, este servicio debe ser contratado por el propio usuario antes de fallecer.
Se pueden seleccionar diferentes opciones, como la hora y fecha de envío después de la muerte. También puede programarse, por ejemplo, para que el servicio envíe un mensaje de felicitación en el cumpleaños de los seres queridos del fallecido en el futuro.
La intimidad está garantizada en estos servicios, ya que utilizan sistemas de protección segura de 128 bits
Otra opción que ofrece el servicio es crear diferentes grupos de destinatarios para que los miembros de cada grupo reciban el mismo mensaje. De este modo, es posible crear mensajes especiales para familiares, hijos o compañeros de trabajo. Los usos más simples se centran en enviar un mensaje póstumo a los seres queridos con declaraciones de amor, confesiones, ánimos e incluso información privada como contraseñas, pólizas de seguro o cuentas bancarias. Este servicio tiene un coste de 19 euros al año.
The last email es otro servicio similar a Post Expression que, por el mismo precio, también permite almacenar hasta cinco Megabytes de archivos multimedia para ser reenviados a los conocidos del fallecido. Asset Lock, además, se encarga de mantener un espacio virtual de hasta cinco Gigabytes donde almacenar documentos, archivos multimedia y correos electrónicos póstumos. Tiene un coste anual de 30 dólares por un espacio de un Gigabyte y 80 dólares para cinco Gigabytes de espacio almacenado.
El servicio debe ser contratado por el propio usuario antes de fallecer
Por su parte, My last Email va más allá del envío de mensajes electrónicos póstumos y también ofrece la posibilidad de crear obituarios y memoriales "online" a los usuarios. Este servicio se encarga de facilitar una dirección de Internet especial donde los amigos y conocidos pueden depositar sus condolencias, ver sus fotografías y vídeos y leer sus últimas palabras. Todo preparado por el usuario antes de morir. Además, también se encarga de guardar información privada para ser reenviada a los familiares y amigos más cercanos.
Esquelas "online"
Las necrológicas tienen su sitio en Internet a modo de cementerios virtuales. Necropoli es un sitio español que se encarga de publicar las necrológicas de los clientes de algunas funerarias españolas. Estas esquelas digitales incorporan la misma información que la publicada en los periódicos de papel tradicionales, pero con la ventaja de que perduran en el tiempo, ya que siempre están disponibles a través de Internet.
En Estados Unidos hay servicios parecidos como Legacy, encargados de subir a la Red las esquelas y obituarios publicados en los periódicos más importantes del país. Otros servicios como Memory of han pasado de ser obituarios "online" a ofrecer todo tipo de servicios a los amigos y familiares de los fallecidos, como ayuda psicológica.
Para aquellos usuarios que prefieran las cartas físicas, Letter From Beyond proporciona un servicio de imprimir y reenviar como mensajes póstumos 30 cartas y fotografías, más cinco postales por un coste de 12 dólares.
No tienen validez legal
Estos servicios no sustituyen al testamento, no son documentos legales
La intimidad está garantizada en estos servicios, ya que utilizan sistemas de protección segura de 128 bits, lo que permite controlar el acceso no autorizado de otros usuarios. Sin embargo, no sustituyen al testamento. No son documentos legales, sino una forma de almacenar mensajes importantes a modo de escritorio con cartas de despedida virtual.
Una opción más "analógica" es dejar las claves más importantes dentro del testamento ordinario junto con un listado de sitios donde poder acceder: desde cuentas bancarias, de Paypal, servidores, dominios, etc., de modo que sea posible poder recuperar toda la actividad personal y profesional del fallecido.