de zoomboomcrash
Para los internautas, la noticia de ayer no era que habían encontrado a un homínido de 1,9 millones de años en Sudáfrica. La noticia era que el señor Berger y su hijo lo descubrieron gracias a Google Earth.
La historia se desarrolló más o menos así: el señor Lee Berger se puso a inspeccionar una zona de cuevas con sedimentos usando los mapas de Google Earth. Es una zona situada en Malapa, cerca de Johanesburgo. Una vez centradas sus pesquisas, el señor Berger decidió darse una vuelta por esas cuevas con su hijo Mathew, de 9 años. Entonces el niño vio un hueso y gritó: “¡Mira, papi, un fósil!”. Lo era en efecto. Una clavícula. Luego, el padre rastreó un poco y encontró una mandíbula con un canino. La examinó un rato y dedujo que era de un homínido.
A partir de ahí el señor Berger y el antropólogo Paul Dirks, de la Universidad James Cook, en Australia, decidieron seguir recuperando restos y poco a poco descubrieron más huesos, de una chica y de un niño, todo lo cual, una vez reconstruido pacientemente ha dado lugar al Australopithecus sediba (por A. sedibam que significa manantial en Sotho, el idioma local). Al parecer, estos dos seres cayeron por error en un agujero y murieron poco después. Sus restos quedaron sedimentados. (Ver aquíel gráfico de The Australian).
Eso sucedió en 2008. Pero la historia entera se dio a conocer ayer.
No es la primera vez que Google Earth se emplea para descubrimientos fascinantes. En 2005, unos científicos localizaron por Google Earth una extraña zona tupida en Mapu, en Mozambique. Poco después organizaron una expedición y descubrieron un paraíso natural nuevo donde existían especies desconocidas.
Google Earth ha servido también para localizar ciudades de civilizaciones antiguas en Sudamérica o formaciones naturales nunca holladas por el hombre.
Asimismo, Google Earth ha servido para revelar campos de concentración en Corea del Norte, imágenes rocosas curiosas con forma humana, antiguas ciudades romanas, o agujeros causados en la tierra por meteoritos. Claro que, de vez en cuando, aparecen algunas imágenes que son montajes o efectos visuales, como el supuesto canal rojo en Ciudad Sadr, en Irak, que en teoría tenía ese color porque estaba lleno de sangre humana.
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